viernes, 15 de febrero de 2008

Las imposibles matemáticas electorales

En los ‘caucus’ se eligen unos delegados intermedios que votan en la convención estatal por los delegados.
Otro de los factores son los súper delegados, que no votarán hasta la convención y decidirán el candidato.

Nada es sencillo en el sistema electoral estadounidense, pero los demócratas han conseguido la cuadratura del círculo: un esquema con más posibilidades que el cubo de Rubik y que tiene a medios, encuestadores, analistas y público en general rascándose la cabeza en busca de una respuesta más o menos cercana a la realidad.
Con Hillary Clinton y Barack Obama codo a codo en la carrera por ser el candidato del partido en las elecciones de noviembre, nadie es capaz de ponerse de acuerdo en responder a una pregunta que teóricamente debería ser sencilla: "¿Cuántos delegados tiene cada uno?".
Si se busca en CNN, la respuesta es mil 253 para Obama y mil 211 para Clinton. NBC dice mil 78 a 969, la web especializada RealClearPolitics. com asegura que mil 272 a mil 231, y Fox News mil 223 a mil 198. Los Angeles Times dice que mil 275 a mil 220, y The New York Times parece contar de menos: 916 a 885. The Washington Post, escarmentado, directamente renunció a hacer sus propias cuentas.
El problema no es que los medios no sepan contar. Es que en esta carrera, dos más dos no son cuatro, son tres. O cinco. O quizá hoy tres y medio, pero seis dentro de un mes.
"El sistema es demasiado complicado, y esto es lo que ocurre como resultado", afirmó al diario The New York Times Hank Sheinkopf, un consultor demócrata.
La maquinaria tiene muy pocas partes fijas. Se reparten 4 mil 49 delegados que votarán en la convención de agosto en Denver para elegir al candidato, de los que 796 están directamente asignados y pueden votar a quien quieran: son los "Súper delegados", congresistas, alcaldes, gobernadores, ex presidentes, ex vicepresidentes y otros muchos con alguna relación histórica con el partido.
Para asegurarse el triunfo se necesita por tanto alcanzar dos mil 25 votos en la convención. Se sabe cuántos delegados reparte cada una de las 55 demarcaciones con derecho a representación (los 50 estados más el Distrito de Columbia, Puerto Rico, los territorios de Samoa Americana e Islas Vírgenes y los Demócratas en el extranjero). A partir de ahí, casi todo es una nebulosa de variables que absolutamente nadie es capaz de cuadrar.
Los enrevesados caucus, por ejemplo, de los cuales se celebraron hasta ahora 13 y aún quedan tres. En todos menos en Minnesota, los ciudadanos eligen en realidad a unos delegados intermedios que van a una convención estatal que a su vez elegirá a los delegados que, esta vez sí, irán a la convención de Denver. Como quiera que los delegados intermedios no tienen su voto plenamente comprometido, siempre existe la posibilidad de que lo cambien. Los Súper delegados son el otro factor que enreda. Ellos no tienen que votar hasta la convención, por lo que no se sabe a ciencia cierta a quién votarán. WASHINGTON, EU/DPA, originalmente publicado en La Prensa el 15 de febrero de 2008.

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