jueves, 29 de mayo de 2008

EL NEGRO QUE LLEVAMOS DENTRO

Mayo es el mes de la etnia negra en Panamá, yo prefiero adicionarle mes de la identidad con los afroantillanos. En artículos anteriores me he referido a la mezcla étnica que conforma nuestro país, en mi caso particular, es predominamente blanca. Hace poco un buen amigo me pregunto por el origen de mi apellido, en mi mente conteste “Ezpañol de pura cepa”, a él le dije: “Castilla-La Mancha”, con certeza de la patronímia y la heráldica, pero esa es la historia cierta que le agradaba contar a Papá, aunque para el que conoció a mi padre, hombre culiso de ojos claros, más bien parecía de Gujarat, India. Quién sabe de cuantas mezclas venia él mismo. De muy niño me llamo la atención el porque mis hermanos con nariz y ojos que delataban su origen de blanquitos, tenían los vellos de las piernas enrollados como un resorte de colchón y porque mis hermanas tenían tanto lió con los químicos para plancharse semejante cabeza de rancho. Mucho tiempo después, Mamá, mujer guapa y de rasgos europeos, relato una historia que ya muchos conocían: Su bisabuela blanca como un macarrón sin salsa, fue seducida por un negro cimarrón que llego al pueblo en un caballo blanco, negro lo más parecido a Cinque el que se fugo del barco Amistad. Esta es la misma historia que conoce mi hijo, porque el tampoco le ha podio huir al negro que lleva dentro: a pesar de lo lacio de sus cabellos y de lo blanco de su piel, cuatro pelos duros en el centro de su cabeza, anuncian que los genes del cimarrón han triunfado de generación en generación.

Asimismo el Cinque de la familia ha dejado su huella en los gustos musicales de mi hijo: a pesar que he tratado de formar en él una cultura, grabando en el mp4 un repertorio musical diverso (diverso de rock pop en inglés), él prefiere Snoop Dog, Jay-Z, Akon el africano, Eminem el “whitty” que se cree negrito y toda la esencia del Rap y R&B afroamericano. Confieso que ya colgué los guantes sobre este asunto, aunque no he dejado de orientarlo por algunas líricas espantosas. He observado cuando voy a buscarlo al colegio que le agradan más las chicas de piel canea o más morenas, en vez de las blanquitas, en este tema no me meto aunque no dejo de orientarlo en todo lo relacionado. Por eso, no me sorprendió descubrir en los Estados Unidos, que mis sobrinos gringos también tienen los mismos cuatro pelitos de alambre en medio de su cabello rojo, ese es el negro que llevan dentro. "Te amo mi negra" ¡Como se enoja mi hija cuando le digo esoª Desde la sencillez de mi pluma y habiéndoles contado la historia del Cinque escondido tras los orígenes de mi familia, les animo a que depongamos malas actitudes y perjuicios peor que el racismo, para que negritos y blanquitos celebremos con orgullo y regocijo, el mes de la identidad afroantillana, seguro vas a descubrir el negro que llevas dentro...

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