miércoles, 7 de mayo de 2008

DEBATE HOMOSEXUAL

Por considerarlo de interés mundial me permito incluir en estas páginas, el debate sobre el tema de la homosexualidad en la prensa nacional, en los últimos días. Me parece que ya estamos al tiempo de que cada candidato incluya el tema dentro de su propuesta de gobierno y expresemos libremente cada quién su punto de vista. ¿No te parece Ricardo? Incluso podíamos hablar sobre la participación de los hombres y mujeres nuevos en la política. El 16 de abril Charris de la Estrella de Panamá publica lo siguiente: "Sin embargo, de ahí a que se plantee la necesidad de observar derechos adicionales para homosexuales, es caminar al borde de la razón y desafiarla. Cada uno puede tener los gustos que quiera, pero pretender imponérselos al resto de la sociedad es una acción infantil y egoísta. Precisamente, la intención de algunos homosexuales es fomentar un ambiente en el que se fuerce por ley la aceptación de su conducta, obviando en su exigencia supuestamente igualitaria el derecho de los demás (los heterosexuales) a no admitir su conducta. Es ahí donde se devela la realidad de la intención homosexual en este debate. En realidad no buscan el respeto a los derechos, sino la admisión y aceptación de su conducta por la fuerza, y en ese debate razón y natura les contradicen desde siempre y lo harán hasta siempre. Tienen sus derechos, porque son hombres y mujeres y no hay razón para obtener otros derechos, no importan sus gustos, esa es la realidad y deben aprender a vivir con ella. El tiempo y la naturaleza se han encargado de demostrarlo". El 4 de mayo Roberto Hernández expreso lo siguiente: “Jamás pensé que un artículo que envié a los medios de comunicación hace unas semanas defendiendo al director de la Policía por intentar eliminar la discriminación en esa institución iba a desencadenar tantos comentarios respecto al tema de la homosexualidad. La mayoría de estos comentarios han sido superficiales y vacuos, con algunas honorables excepciones, como algunos comentarios sobre este tema por monseñor Ulloa y unas ideas expresadas con mucha madurez y equilibrio por parte de Teresita Yániz de Arias. Otras, sin embargo, me llamaron la atención por características casi totalmente opuestas a las ideas de Yániz de Arias. Me refiero específicamente a las largas y estridentes diatribas por parte de la psicóloga Geraldine Emiliani contra los homosexuales. Unos ejemplos demostrarán lo que digo. Emiliani asocia los homosexuales con ladrones, asesinos y con un comportamiento de "peligrosidad social" que los lleva a "las perversiones sexuales más monstruosas". También sugiere que el homosexual es "un corruptor de menores, un esclavo de las pasiones más bajas y "un acumulador de sensaciones placenteras, cuyo fin es colmar su ansia de satisfacciones". Los insultos de Emiliani, como ya lo han indicado algunos, "rozan en el delirio", por no decir que la señora pareciese que estuviera plenamente delirando. Sin embargo, Emiliani, como es su costumbre en sus habituales insultos a los homosexuales, no presenta nada que pueda asemejarse a algún tipo de argumento o razonamiento para sustentar sus insultos tan agresivos y sus conclusiones tan catastróficas. ¿Qué puede decirse de esta explosión tan estridente de epítetos emotivos, vituperios e insultos? Aquí no cabe intentar refutar la sarta de sandeces que menciona pues una refutación implica que por lo menos hay un simulacro de racionalidad en sus palabras, algo que es totalmente inexistente. La larga cadena de vituperios de Emiliani contra la homosexualidad solo puede ser superada por su asombrosa ignorancia, ya que parece ignorar que la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Médica Norteamericana y las Sociedades de Psiquiatría y Sicología de Estados Unidos han eliminado la homosexualidad de la lista de trastornos de salud mental que ella asocia con la homosexualidad… Ignorancia inexcusable, ya que estos datos señalados muy atinadamente por Teresita Yániz de Arias son conocidos por personas con un mínimo de educación psicológica. Es cierto que Emiliani parece decirnos que tiene una línea directa con Dios, pues nos señala que los homosexuales no obedecen "lo que está objetivamente ordenado por Dios". Lamentablemente la mayoría de los pobres mortales no está privilegiada con esa conexión divina y no puede seguirla en esa dirección. ¿Qué podemos decir entonces? En nuestra modesta opinión lo único que puede recomendarse para aplacar la ira de Emiliani es sugerirle que piense con el cerebro y no con las vísceras, y, también, que lea las sabias palabras del famoso filósofo austríaco Ludwig Wittgenstein, quien escribió en una de sus obras más famosas que "cuando se desconoce lo que se habla, mejor es callar". Lo cierto es que Emiliani, ni yo –que he opinado mucho sobre el tema-, ni ningún otro jamás hemos mencionado a un tal Hernández ni su artículo, solo abordamos el tema.

Esta es la respuesta de la guapísima Geraldine, en La Prensa del 7 de mayo de 2007: “En relación con el artículo "Diatribas y estridencias del señor Roberto Hernández", publicado en la sección Opinión de La Prensa, señalo lo siguiente: 1. Si de estridencias se refiere, sería de lo más aburrido y absurdo si todos opináramos igual. 2. Al no estar de acuerdo con los conceptos que contiene un artículo de opinión, hay que aprender a confrontarlos y discrepar con criterios sensatos -sin diatribas ni fanatismos-y no descargar la ira y despecho que le produce el escrito hacia la persona que lo desarrolló. 3. Al analizar psicológicamente el artículo "Diatribas y estridencias", pareciera ser el resultado de una persona que busca mitigar sus conflictos no resueltos de homosexualismo, al referirse a mi persona con calificativos irrespetuosos. ¿Por qué no se refiere del mismo modo a las personas del sexo masculino que expresaron sus opiniones contrarias a lo propuesto por el director de la Policía Nacional y tema que le ocupa a Hernández? ¿Será porque soy mujer? 4. Agradezco a los lectores de mis escritos de opinión, cuando se refieren a ellos con comentarios opuestos o coincidentes y sin apasionamientos que destruyen el derecho que tenemos todos a la libre expresión. 5. Invito a los lectores que lean el artículo: "Una nueva generación en la Policía Nacional", publicado el día domingo 13 de abril en Día D, del Panamá América, y saquen sus propias conclusiones. Geraldine Emiliani”. !Upps, did it again!

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