El Barómetro de las Américas es un documento tan importante que todo ciudadano preocupado por su país debe tenerlo a mano. Se trata de un estudio de la cultura política de la democracia en nuestro país y el impacto de la gobernabilidad. Solo tenemos el espacio de un pequeño artículo, así que nos enfocaremos en un solo punto. En el índice de confianza del ciudadano, uno de los puntos de dicha muestra, ubica a los partidos políticos en el último lugar con 36.1%, incluso debajo de la Asamblea Nacional. De este informe se desprende que existe una «anomalía interesante, cuando el 67.9% de los entrevistados dicen no tener simpatía por algún partido político, sin embargo, más del 60% de los electores que - forman la base para la muestra de nuestra encuesta - están inscritos en partidos polìticos". Aunado a ello, los consultores Perez y Seligson dicen que los panameños « ...expresan altos niveles de insatisfacción en cómo funciona la democracia en Panamá ».
Llama poderosamente la atención lo anterior porque, en nuestro país tenemos aprox. 1,318, 645 habitantes en partidos políticos, es decir que al mismo tiempo que mostramos desconfianza con los partidos, proporciones guardadas según la población, Panamá tiene un nivel de participación en partidos políticos más alto que una democracia consolidada como Chile. ¿Como se explica eso? Algunos comparten la idea que eso responde a que el ciudadano no desconfia del sistema democratico, ni en los partidos en sí, sino de los políticos, y más allá, desconfía del viejo estilo de hacer política. Otros opinan –a mi parecer también acertadamente- que en Panamá la tónica es el clientelismo político como producto de una inscripción de conveniencia, por diversos motivos que no vamos a enumerar y no necesariamente por una afiliación de conciencia o por ideología, resultando en un espejismo al momento de las elecciones generales.
¿Como vamos a cambiar las cosas? Recordemos que todavía queda una masa de aprox. 900,000 que no estamos inscritos en un partido político, es decir casi la mitad de los electores somos independientes, las personas pensantes que definen el resultado de una elección. Por ello, el dirigente Enrique Arturo de Obarrio comparte que « la democracia quizá no será el sistema perfecto, pero es el mejor que conocemos, y nos ofrece las mejores herramientas para enfrentar los grandes apremios sociales. Parte esencial de esa democracia, lo son los partidos políticos; pero partidos políticos robustos y en contacto permanente con el pueblo, no solamente en época electoral. Integrados por dirigentes y líderes políticos que entiendan la política como el honroso camino de servir al bien común a través de la política, y no servirse de la política ». Fuerza Independiente esta sentando un nuevo estilo de hacer política. Cada día va creciendo y se van sumando más panameños a este movimiento ciudadano. Con nuestros integrantes aportamos una nueva ética política, una nueva forma de hacer las cosas, lo cual se vera reflejado en una participación activa tanto en la proyección como en la implementación del programa de gobierno del candidato Juan Carlos Varela. El problema no son los partidos, sino que las cosas malas y negativas pasan en la medida que la gente buena permiten que pasen. Hay que participar en politica y no dejar que las decisiones que nos atañen a todos, las tomen pocos.
Llama poderosamente la atención lo anterior porque, en nuestro país tenemos aprox. 1,318, 645 habitantes en partidos políticos, es decir que al mismo tiempo que mostramos desconfianza con los partidos, proporciones guardadas según la población, Panamá tiene un nivel de participación en partidos políticos más alto que una democracia consolidada como Chile. ¿Como se explica eso? Algunos comparten la idea que eso responde a que el ciudadano no desconfia del sistema democratico, ni en los partidos en sí, sino de los políticos, y más allá, desconfía del viejo estilo de hacer política. Otros opinan –a mi parecer también acertadamente- que en Panamá la tónica es el clientelismo político como producto de una inscripción de conveniencia, por diversos motivos que no vamos a enumerar y no necesariamente por una afiliación de conciencia o por ideología, resultando en un espejismo al momento de las elecciones generales.
¿Como vamos a cambiar las cosas? Recordemos que todavía queda una masa de aprox. 900,000 que no estamos inscritos en un partido político, es decir casi la mitad de los electores somos independientes, las personas pensantes que definen el resultado de una elección. Por ello, el dirigente Enrique Arturo de Obarrio comparte que « la democracia quizá no será el sistema perfecto, pero es el mejor que conocemos, y nos ofrece las mejores herramientas para enfrentar los grandes apremios sociales. Parte esencial de esa democracia, lo son los partidos políticos; pero partidos políticos robustos y en contacto permanente con el pueblo, no solamente en época electoral. Integrados por dirigentes y líderes políticos que entiendan la política como el honroso camino de servir al bien común a través de la política, y no servirse de la política ». Fuerza Independiente esta sentando un nuevo estilo de hacer política. Cada día va creciendo y se van sumando más panameños a este movimiento ciudadano. Con nuestros integrantes aportamos una nueva ética política, una nueva forma de hacer las cosas, lo cual se vera reflejado en una participación activa tanto en la proyección como en la implementación del programa de gobierno del candidato Juan Carlos Varela. El problema no son los partidos, sino que las cosas malas y negativas pasan en la medida que la gente buena permiten que pasen. Hay que participar en politica y no dejar que las decisiones que nos atañen a todos, las tomen pocos.
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