lunes, 11 de agosto de 2008

JUSTICIA SELECTIVA HUMANITARIA

Probablemente no me renueven la visa por decir esto. Viviendo en Michigan colabore desinteresadamente con una iglesia que ayudaba a inmigrantes ilegales, seres humanos que buscaban de alguna forma una mejor vida para su familia. Así aprendí, lo cruel e inhumano que suele ser la política que fomenta el trato que reciben nuestros hermanos inmigrantes latinoamericanos en los Estados Unidos. En una ocasión una familia ingenuamente salió de vacaciones hacia Canadá, al regresar a suelo americano, los padres fueron deportados a México y sus hijos menores de edad nacidos en E.U. se quedaron solos y abandonados. Constantes casos como estos crean un drama social inimaginable. En Panamá he colaborado de igual manera con otras fundaciones, lo que me ha permitido conocer la realidad de Darién y la situación migratoria especial como provincia fronteriza.

Yo no necesito defender a Haideé Milanés de Lay, ella tiene quienes la defiendan, pero llama poderosamente la atención la celeridad con que resolvieron este caso en particular y el fallo inconsecuente. Son los mismos Magistrados que hace escasamente meses atrás, totalmente fuera de su competencia, presentaron a la Asamblea Nacional un proyecto de ley, para beneficiar a miles de personas, posibles apátridas que están en una situación semejante a la de la dos veces diputada de la República. En ese momento se hablo de carácter “humanitario” y una sincera preocupación. Si hoy, estos mismos honorables decidieran hacer un estudio del árbol genealógico, con el mismo escrutinio profundo de documentos de cada uno de los ciudadanos votantes de esa provincia, probablemente Darién se quedaría sin el 52% de su población electora y sin candidatos, producto de la aplicación de esa justicia selectiva. Sencillo, con un verdadero carácter imparcial, si esos criterios son válidos para los electores, también deben ser válidos para el posible candidato. Pero como Panamá es Panamá, en el fallo no hubo humanidad, ni preocupación alguna, borrando de un solo plumazo la panameñidad de Milanés de Lay.

Vale la pena que salgan de sus oficinas refrigeradas, conozcan la realidad del Darién y se pregunten ¿De quién es la supuesta ilegalidad, de Haidée o de sus padres? Lo mínimo que pudieran hacer los Honorables Magistrados del T.E. es resolver a favor de Haideé Milanés de Lay el recurso de reconsideración que se les ha presentado y por dignidad salvar la imagen de tan importante institución que con semejante indiscreción, deja mucho que decir y que pensar. De ser cierto lo que dice la ahora sin patria, victima de una “justicia selectiva humanitaria”, que ese pase de factura proviene de un odio africano que se ganó en 1999, quiere decir que el largo brazo de una candidata alcanza hasta el T.E. Mi preocupación más que por Haideé, es porque ante la inminente militarización del país, las novedosas votaciones en el extranjero y en las cárceles, nos encontramos que son estos mismos Magistrados los que deben velar por la pureza de unas elecciones que están a la vuelta de la esquina.¡Ampáranos Señor Jesús!

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