jueves, 4 de marzo de 2010

EL CAMBIO ES RESPONSABILIDAD DE TODOS

El “cambio” como eslogan es bueno, pero ¿tiene el cambio profundidad en su expresión política más allá de eslóganes de campaña? ¿tiene el cambio la ideología necesaria y la praxis político-social para generar un Panamá mejor? Creo que sí y va en proceso en poco tiempo desarrollando una mecánica social que produce “verdadero cambio” en la sociedad.

Lo dicho por el Presidente Martinelli como “Un llamado a la Unidad” es la expresión misma de la ideología del Cambio.

Por eso el mandatario en un mensaje a la Nación, pide a los padres de familia, comunidad, Iglesia y clubes cívicos, trabajar unidos por Panamá. En un sentido práctico expresa que "el cambio no lo puedo hacer solo, cada uno de nosotros debe hacer su parte”, comprendiendo que cuando manifestó su preocupación sobre la transmisión de telenovelas para adultos a tempranas horas de la noche, no escucho las voces de nadie apoyándolo en el cambio de horario de este tipo de programas que incitan a la violencia, pandillerismo, narcotráfico y corrompen los valores morales de la sociedad.

¿Puede el ciudadano exigir mano dura contra la corrupción, mientras "en privado" no se sonroja al “coimear” a un policía de tránsito?

¿Tiene sentido reclamarle la falta de seguridad al gobierno de turno como único responsable de la escalada de violencia, mientras desatendemos nuestras responsabilidades como padres y nuestras televisoras “educan” a nuestros niños con programas cargados de violencia, inmoralidad y falta de valores?

En ese sentido el mandatario expresa que "estamos trabajando para darle a los panameños educación, seguridad, transporte y la salud que se merecen. Pero solos no lo podemos lograr. El país es responsabilidad de todos, cada uno de nosotros debe hacer su parte… que la Iglesia y la sociedad civil promuevan los valores para acabar con el juega vivo".

Como ha manifestado Rene Paredes en nuestra campaña a favor de un cambio en la sociedad, en nuestro programa de radio “Hablemos con Panamá”, el cambio debe empezar con nosotros mismos. Un cambio de mentalidad que permee la cultura del “juega vivo” y que nos transforme en personas honestas y productivas, artífices de nuestro propio desarrollo como individuos y en nuestras comunidades.

El cambio al que se refiere el presidente no puede enmarcarse en la simpleza política de derecha o de izquierda. El cambio aunque es evidente su tendencia a centro derecha esta imbuido de una fuerza popular que lo sostiene y la alianza con el panameñismo le da un comprometido contenido social en su expresión política.

Todos sabemos el poder omnímodo que ejercían unas pocas familias privilegiadas que antaño ponían y quitaban presidentes en Panamá. El presidente Martinelli y el vicepresidente Varela, con valentía han enfrentado ese reto y saben que la lucha ha sido planteada en su campo y están dispuestos a enfrentar los costos que eso implica con tal de darle a nuestro pueblo el cambio y desarrollo social que se merece.

No ignoramos las maquinaciones que están detrás de imponer los viejos esquemas de clanes familiares que inciden en lo económico y político para su propio provecho y que movilizaran con fuerza su raido disfraz de falsa democracia.

Son esas elites sociales aliados de pequeños resabios izquierdistas oportunistas, quienes plantean esquemas de resistencia. No obstante, el mandatario confía en los aciertos de su política social y el mayor beneficio del cambio trabaja a favor de los que nada tienen, sabiendo que en la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, está el futuro de nuestra nación (ver artículo en http://recursossinlimites.blogspot.com/).

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