lunes, 17 de noviembre de 2008

HEROES Y VILLANOS II

Tras el triunfo de Obama y en festividades patrias, vale la pena reflexionar en una convulsionada época a la luz de hechos históricos. Las ideas antiesclavistas de Lincoln surtían su efecto en la gente del Sur como reguero de pólvora, por lo que se comisiono en 1855 a un hombrecillo al mando de un pequeño grupo bien armado para que se anexara los territorios centroamericanos en nombre de los Estados del Sur. De allí que William Walker es conocido como el último Filibustero, que sin mediar su figura menuda asesino a cuantos costarricenses, nicaragüenses y hondureños se le ponían por delante. Pocos de nuestros historiadores se han ocupado de este infeliz y desgraciado personaje que causo terror entre los centroamericanos y cuyo casi obligado paso era el Panamá del Ferrocarril Transístmico. A Walker lo comisionaron los defensores sureños de la esclavitud en su mayoría afiliados al Partido Demócrata y que 5 años después de la muerte de Walker formarían el KKK. Estos sujetos creían firmemente en el sistema esclavista como el motor desarrollador de la economía, hasta el punto de ponerlo al nivel de una ordenanza de Dios mismo. La intención obvia era establecer el sistema esclavista de producción en los vastos territorios centroamericanos, por eso entre los istmeños se destacaron héroes como Faustino Montes de Oca entre otros patriotas que se unieron desde Costa Rica hasta Honduras en contra de tan maligna consigna.

Las implicaciones económicas de la época sugieren un estudio más profundo que un pequeño artículo, lo cierto es que era el tiempo de la fiebre del oro, el momento en que las potencias marítimas Estados Unidos e Inglaterra se peleaban por una posición beligerante en el Istmo y sacar provecho a una ruta por Nicaragua o por Panamá, con su expresión más notable la Doctrina Monroe o el destino manifiesto de la cual Walker era fiel creyente. Así, ambos países hacian lo imposible por infringir el tratado Clayton-Bulwer. Era la época del ferrocarril de Aspinwall como también era el tiempo en que cualquier mínima controversia era resuelta de hombre a hombre, a balazos. No había lugar a la razón y la sola palabra soberanía era menos que un pedo. En ese contexto Walker se apodero de Nicaragua con un puñado de hombres y se hizo proclamar Presidente (12 julio de 1856 hasta 1 de mayo de 1857), previamente los ingleses por su lado se habian apoderado desde la Mosquitia en Nicaragua por la costa hasta Bocas del Toro y se anexaron Belice. No conforme con este reparto de poder, Walker planea una tercera expedición para apoderarse de Honduras, llegando a isla Roatan siendo capturado por los ingleses y entregado a los militares hondureños quienes le hicieron un juicio sumarísimo, condenándolo al pelotón de fusilamiento el 12 de septiembre de 1860. Con esta misma ideología fueron establecidas 10 años después, las grandes transnacionales de la fruta en nuestros países, no con mano de obra barata, sino con producción esclavista y a menudo con reglas impuestas por la armas, de allí el nombre "republica bananera" como solían denominar a nuestros países. Sin duda todo esto es el preludio de nuestro Canal, nuestro sentido de nación que se vio conculcado, como también las implicaciones económicas y los lineamientos políticos e ideológicos que permitieron que nuestros próceres nos legaran prácticamente un protectorado, no un país independiente. Bajo esa perspectiva es posible entender lo que fue después el "gold roll" y "silver roll" o las marcadas diferencias entre negros y zoniens en la quinta frontera, al igual que en el Sur norteamericano.

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