miércoles, 2 de julio de 2008

LA CARRETA DELANTE DE LOS BUEYES

Dennis A. Smith del Centro Evangélico de Estudios Pastorales en Centroamérica, en el 2003 presentó una exposición acerca de la situación ético-política de los evangélicos de dicho país, que cuando lean el artículo me darán la razón con respecto a lo que he venido planteando desde hace muchos años, es decir, como “voz que clama en el desierto” he dicho “seguimos poniendo la carreta delante de los bueyes”. Este teólogo hace referencia a Guatemala, país que tiene más del 60% de la población que se considera cristiana evangélica. Smith dice que en los últimos 30 años los guatemaltecos han aprendido que el poder político está construido sobre bases de corrupción, mentira, abuso, violencia e impunidad –parece que habló de Panamá ¿cierto?-. Estos son los fantasmas que acechan a todo servidor público, anotó. No es de sorprenderse, entonces, que muchas personas de buena voluntad, sean evangélicos o no, sean corrompidos por este sistema. Ni es de sorprenderse que a otros muchos, avalándose del discurso religioso, les pican las manos para hacer su agosto, convirtiendo el patrimonio de la nación en botín propio, agregó. Recordó que anteriormente, cuando se necesitaba una persona digna y honrada para cumplir una función delicada en la comunidad - ser tesorera del comité de vecinos, ser fiscal de la cooperativa - se buscaba a un evangélico. Ya no es así, indicó. Ahora, cuando urgentemente necesitamos de personas dignas y honradas para construir la paz, para combatir la impunidad, para instaurar un estado de derecho, ¿dónde estamos? Recordó que el año 1982 fue sumamente difícil. Masacres. Atentados. Tierra arrasada. Fue el año en que un general (Ríos Montt), supuestamente evangélico, asumió el puesto de jefe de facto de gobierno. Se acordarán de su enfrentamiento con el obispo de Roma y de aquellos hermanos que, cantando coritos evangélicos, se fueron al paredón enjuiciados por un tribunal de fuero especial, rememoró. Se acordarán, agregó, de las rivalidades entre ciertos pastores de élite aquí en la capital. ¿A quién invitarían para los desayunos en el Palacio Nacional? ¿Quiénes formarían parte de su círculo íntimo de asesores? ¿Se acordarán del sueño de formar un partido político que aglutinaría a todos los evangélicos? ¿Del sueño de alcanzar cierta masa crítica de población evangélica que transformaría la vida ética, moral y social de la nación? ¿Se acordarán de la gestión notoriamente corrupta de otro presidente "evangélico"?, prosiguió.

Así llegamos al día de hoy. Vienen a la mente los ministros del Estado, los altos funcionarios, que hemos visto en nuestras iglesias. Hemos visto cómo levantan sus manos en alabanza. Pero sabemos que esta persona acaba de construir una casa millonaria en un barrio exclusivo. Y sabemos que el sueldo de un servidor público no da para tanto, resaltó. En la práctica, en nuestros comportamientos cotidianos, no hemos logrado diferenciarnos de los demás. A la hora de la hora, la ética de los evangélicos ha sido la misma que la ética de la población en general. Vivimos en un ambiente permanente de mentira, de avaricia, de corrupción, de violencia. Estos mismos problemas tenían que manifestarse en las comunidades evangélicas. Tanto en nuestras propias instituciones como también en los escenarios públicos en los cuales hemos participado, subrayó. Teológicamente, como que no hemos entendido que somos todos unos desgraciados, en el sentido literal de la palabra. Y que Dios en su misericordia extiende la posibilidad del perdón a cada uno, cada una. No ejercemos ningún monopolio sobre la gracia divina. No somos ni diferentes, ni especiales, puntualizó. Sí, Jesús puede transformar nuestra mentalidad. Pero muchas veces, nuestra mentalidad sigue siendo exactamente la misma que la de nuestros vecinos. ¿Cómo podemos ayudar a hacer realidad el sueño que Dios tiene para (sic) nuestro país? Para colaborar en el análisis de este siervo de Dios ¿por qué poner la carreta delante de los bueyes? Parece que es un fenómeno regional, acá en Panamá hacemos lo mismo: se habla de "no hay que dejar la política en manos de los mundanos", "necesitamos llegar al poder para cambiar las cosas", otros más iluminados dicen: "tenemos que hacer nuestro propio partido", a sabiendas que lo prohíbe la constitución y la ley electoral. Queremos ser candidatos así por así sin haber considerado siquiera las implicaciones éticas de las que habla Smith. Es obvio que necesitamos con urgencia comprender el significado de “a César lo que es de César y a Dios lo que es Dios”. Ver artículo relacionado "ALTO A LA POLITICA PARTIDISTA DESDE LOS PÚLPITOS" en
http://recursossinlimites.blogspot.com/

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