Este archicélebre y reconocido centro penitenciario se perfila como uno de lo más seguros de Colombia. Allí han estado presos desde famosos narcotraficantes como Pablo Escobar Gaviria, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, así como terroristas, paramilitares y arquetipos de la parapolítica como Salvatore Mancusso y Mario Uribe Escobar, expresidente del senado colombiano y primo hermano del Presidente Álvaro Uribe.
Su nombre ha saltado otra vez a la palestra pública a causa de uno de los peores escándalos políticos de la historia que envuelven a Panamá y a Colombia, cuando desde La Picota, David Murcia Guzmán (DMG) confesó a la prensa nacional haber “invertido” 6 millones para favorecer a los candidatos a la presidencia y de alcalde del distrito capital del oficialista PRD.
“Devuélvanme la platica” ha quedado como un constante resonar en oídos sordos y sus declaraciones como no dignas de importancia, hasta para el propio Ministerio Público, quienes no actuaron con la diligencia debida. Antes bien se presenta a DMG como una persona delincuente y como un mentiroso compulsivo o de perfil fantasioso. Ni más ni menos se decanta del último documental presentado hace pocos días, en donde el único objetivo fue intentar poner en duda la personalidad de DMG.
No obstante todas las supuestas “mentiras” de DMG han resultado ser ciertas. Bobby si se reunió con Murcia, como aceptaría hasta la zapatilla –y no las Converse- ante el peso de evidencias, después de haberlo negado en el primer intento, diciendo incluso que Bosco Vallarino era un “mentiroso patológico”. Luego, el Presidente de la República visiblemente molesto ante una batería de periodistas que le preguntaban sobre las implicaciones de agentes del SPI dijo: “No es verdad”, negándolo de plano. Dos días después nos enteraríamos que no solo Murcia decía la verdad en cuanto a esto, sino que hay toda una red de complicidades a lo interno del monstruo.
Su nombre ha saltado otra vez a la palestra pública a causa de uno de los peores escándalos políticos de la historia que envuelven a Panamá y a Colombia, cuando desde La Picota, David Murcia Guzmán (DMG) confesó a la prensa nacional haber “invertido” 6 millones para favorecer a los candidatos a la presidencia y de alcalde del distrito capital del oficialista PRD.
“Devuélvanme la platica” ha quedado como un constante resonar en oídos sordos y sus declaraciones como no dignas de importancia, hasta para el propio Ministerio Público, quienes no actuaron con la diligencia debida. Antes bien se presenta a DMG como una persona delincuente y como un mentiroso compulsivo o de perfil fantasioso. Ni más ni menos se decanta del último documental presentado hace pocos días, en donde el único objetivo fue intentar poner en duda la personalidad de DMG.
No obstante todas las supuestas “mentiras” de DMG han resultado ser ciertas. Bobby si se reunió con Murcia, como aceptaría hasta la zapatilla –y no las Converse- ante el peso de evidencias, después de haberlo negado en el primer intento, diciendo incluso que Bosco Vallarino era un “mentiroso patológico”. Luego, el Presidente de la República visiblemente molesto ante una batería de periodistas que le preguntaban sobre las implicaciones de agentes del SPI dijo: “No es verdad”, negándolo de plano. Dos días después nos enteraríamos que no solo Murcia decía la verdad en cuanto a esto, sino que hay toda una red de complicidades a lo interno del monstruo.
Estamos hartos del caso Murcia, aunque son muchas interrogantes que parece quedarán sin respuestas ¿Quiénes son los mentirosos patológicos ahora? ¿Qué ocultan más allá? ¿Por qué sacaron a DMG de Panamá bajo las sombras violando el procedimiento? ¿Quiénes permitieron la salida de Chong Coronado? No se puede tapar el sol con un dedo. Estoy seguro que ni Bobby ni Balbina podrán salirse de semejante rollo, tan fácilmente. Hay mucho que explicar al país, en blanco y negro... déjense de jueguitos retóricos y de tratar de dorarnos la píldora (ver artículo relacionado "LA TERCERA VERDAD DE MURCIA" en http://recursossinlimites.blogspot.com/).
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