jueves, 4 de septiembre de 2008

CARAJO, DONDE ESTAN MIS 100 MILLONES!

Ignorar los factores sociales resulta ser el peor de los desaciertos, tanto como las promesas vacías que conllevan a dar a nuestros ciudadanos más inseguridad. La mentalidad que esta detrás de los cinco proyectos que ya son un hecho, es que “en el tiempo de los militares esas cosas no pasaban”, es decir esa criminalidad no se daba, mintiendo deliberadamente en ambos sentidos. Primero, el reforzamiento de la logística militar y la óptica militarista en la mayoría de nuestros países –incluyendo los Estados Unidos- no ha resuelto el problema del narcotráfico. La realidad es que sin consumo, se cae el negocio del tráfico de drogas, ellos saben perfectamente que las ciudades que han tenido éxito en la lucha contra delincuencia lo han logrado con una estrategia de doble vía en base a lo social y a lo policial. Segundo, eso antes no sucedía, porque eran los propios militares quienes trasegaban estupefacientes y se dedicaban a otras ramas delictivas, hasta el punto de confesar el numero dos del Estado Mayor –hoy día flamante embajador- que construyo su casa con el dinero producto del trafico humano. Mayor sorpresa que la de conocer todo el bajo mundo de Noriega, nos llevamos pocos años después, al conocer que el hombre de la DEA que arresto y se llevó a Tony, posteriormente hizo dinero con el narcotráfico.

Todo lo anterior nos revela que este terrible flagelo se nutre de las profundas bajezas del ser humano y, hasta que no haya un verdadero cambio no solo de enfoque y estrategia, sino en nuestro propio interior, el problema dista mucho de mejorar, mientras, algunos revelan que el meollo del asunto es gastarse 300 mil millones en inseguridad para 3 millones de habitantes. Como dijo el hijo de Ña Upa, machete en mano: “¿Alguien ha visto mis 100 millones? ¡Que me los den carajo, que yo me cuido solo!”. Para algunos todo es “made in USA”, para otros es “made in Mexico” por lo del Plan Mérida o la estrategia de los perredés para perpetuarse en el poder al mejor estilo priísta. El militarismo no resolverá el problema de la delincuencia local, mucho menos del narcotráfico internacional, eso es puro cuento chino, gringo o mexicano. Ni mano dura, ni mano suave, lo trascendental seria enfocarse en trabajar en políticas publicas de consenso –cosa difícil para nuestro actual gobierno-, planificar una solución nacional, no por imposición extranjera, ni local, que nos permita entre todos los actores sociales enrumbar nuestro Panamá por un mejor camino que todos nos merecemos. Ver artículo relacionado "PROMESA INCUMPLIDA: MÁS SEGURIDAD" en : http://recursossinlimites.blogspot.com/

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