Fíjense estimados lectores que hay gente que piensa que la realidad de Colombia en la era de Uribe se trataba de guerrilleros marxistas con pistolitas de agua. Jamás volaron en pedazos a nadie, no hubo asesinatos en masa perpetrados por las FARC y jamás participaron del narcotráfico. Su líder Tiro Fijo y otros gamonales seguramente mintieron.
Las miles de veces que las FARC y el narcotráfico se han enfrentado al legítimo y constitucional ejército colombiano incluso en el asalto y toma del propio Palacio de Justicia (1985) lo hicieron con armas de mentira y balas de salva.
En la versión revisionista de los medios, es una falacia los cientos de miles de colombianos muertos durante 5 décadas, eso nunca sucedió, Colombia siempre fue lo pacifica que es ahora.
Tampoco nunca antes los magistrados, jueces, gobernadores, periodistas, policías y militares, jamás estuvieron infiltrados por los siempre buenos capos del narcotráfico, o los nobles de las FARC, así que pincharlos fue un crimen de lesa humanidad.
Borren de los libros de historia que en el año 2000 hubo una señora llamada Elvira Cortés que estuvo por varios días un collar bomba de PVC1, y que al intentar rescatarla la volaron en pedazos a control remoto, imagen que recorrió el mundo pero que no responde al legado de paz de los marxistas ni de las FARC.
Borren de los libros de historia que los jefes del Cartel de Cali financiaron las campañas de muchos parlamentarios, así como los patrocinados por los consorcios económicos privados y que aportaron entre todos 6 millones de dólares a la campaña presidencial de Ernesto Samper el que con esos fondos repartió dinero para comprar el margen de votos que le permitió asegurar su triunfo.
Jamás ocurrió que Andrés Pastrana, el candidato perdedor, y después sucesor de Samper, entregara las grabaciones con las escuchas telefónicas “ilegales” sobre la financiación de narcotraficantes a candidatos.
Borren de los libros de Historia el atentado de 500 kilogramos de dinamita en un carro bomba, contra el DAS en diciembre de 1989. Tampoco nunca perecieron en ese hecho espantoso cerca de 104 personas entre funcionarios y transeúntes, además de 600 heridos. No hubo derechos humanos que hablaran de las FARC.
Borren de los libros de historia que un 9 de abril de 1948 fue asesinado a mansalva Jorge Eliecer Gaitan, candidato a la presidencia, por Juan Roa Sierra, dando inicio a uno de los conflictos internos más sangrientos de la historia. Jamás sucedió, el presidente Álvaro Uribe Vélez muy por el contrario recibió a una Colombia en un remanso de paz y de virtudes.
¿Qué tal si a los magistrados se les ocurre que le devuelvan los discos duros de Raúl Reyes a las FARC, y que todas las pruebas que recabaron tras el bombardeo, se extrajeron de forma “ilegal”? ¿Qué tal si a los magistrados de la Corte se les ocurre que además, se procese al actual presidente Santos?
Un colombiano en Panamá me dijo: “No puede tener excusa si fue el ministro de Defensa del presidente Uribe, arréstenlo por el asesinato del Mono Jojoy, total ya confesaron con orgullo los organismos de seguridad a su mando, como lo setearon con la bota convertida en GPS y le tiraron una inmensa bomba que lo hizo añicos. Total Santos es responsable del DAS y de los “falsos positivos”.
Hecho esto, obvio empezamos otra guerrita civil por otros 50 añitos más… ¿Les parece bien así?
En fin… ¿Lo ven, se dan cuenta? No hay límites para la estupidez humana. Colombia no es Panamá, no se admiten comparaciones. Aquí es donde cobra vida la frase que queda grabada para la posteridad: “No me preguntes por chismes”. Hablemos de realidades, de la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico.